martes, 26 de mayo de 2015

El juego sucio en el etiquetado


¿Esto lo puedo comer? Es una pregunta que se repite mucho en las consultas.

Obviamente, los D-N no podemos estar siempre detrás del paciente indicándole que debe comer y que no. Por eso, es imprescindible la educación alimentaria. Aprender a leer e interpretar el etiquetado nutricional forma parte de ello.

Hoy en día nos bombardean con productos light, bajos en grasa, sin azúcares añadidos, ricos en fibra y mil cosas más. Pero, ¿son adecuados estos productos en la alimentación?

  • Bajos en grasa: son los alimentos más buscados en dietas de adelgazamiento. Pero, ¡cuidado! Muchas veces, reducen las grasas al máximo y, de algún lado tienen que venir esas calorías que aporta el alimento… Por lo que acaban añadiendo azúcares y encima refinados. 


Bajo en grasa, extra de azúcar
  • Sin azúcares añadidos: este alimento no tendrá azúcares extras añadidos, algo que es muy habitual en todo tipo de productos. No por ello está libre de azúcares, ya que el alimento en sí contiene azúcares propios. Podemos ver un ejemplo en galletas, las cuáles nos creemos que podemos tomar de forma libre por el hecho de ser libre de azúcares añadidos. Éstas siguen teniendo un alto contenido en hidratos de carbono, dado por sus ingredientes principales: trigo, cebada, centeno, avena...además del aceite que llevan.
¿Y de grasas cómo andamos?
 

  • Rico en fibra: esto no es sinónimo de integral. Integral es aquel cereal que no ha sido refinado, es decir, que no se le ha eliminado el salvado y el germen. Con esto, la industria suele jugar mucho. Panes, pastas, galletas, cereales...catalogados como integrales, los cuales están compuestos por harinas de distintos cereales refinados y únicamente le añaden un poco de salvado o un mínimo porcentaje del cereal integral. Otro error que cometemos con este tipo de productos, es creernos que lo integral adelgaza. Pues no, el aporte de calorías es el mismo (a veces más si le añaden semillas). Si se recomienda lo integral es por el beneficio de la fibra, no porque aporte menos calorías.
 
¿Con fibra? ¿Integrales? ¿Adelgazarán?
 
  • Alimentos light: son los alimentos a los que se le ha reducido, al menos, un 30% de las calorías, disminuyendo su contenido casi siempre en grasas o azúcares. Son alimentos alterados, ya que se les reduce sus calorías de manera artificial. Casualmente, solemos encontrar las versión light de alimentos tipo bollería, galletas, salsas, patatas fritas, etc. Al reducirles su contenido en grasa o azúcar, les añaden ingredientes de baja calidad para lograr el espesor o sabor deseado (espesantes, jarabes, maíz…). Es un gran error el consumir estos productos de manera libre creyéndolos saludables, podemos prescindir de la mayoría perfectamente.
Patatas fritas...¡light!

  • Sin grasas trans: sin grasas vegetales parcialmente hidrogenadas. Este tipo de grasas no están presentes en la naturaleza, fueron creadas por la industria para sustituir a las animales, ya que no tienen colesterol. Hoy en día, se sabe que son más perjudiciales que las saturadas para el riesgo cardiovascular. Suelen aparecer en bollería, galletas, postres lácteos...
 

¿Por qué ha de llevar grasas trans el "avecrem"?
  • Con aceite vegetal: perfecto, ¿pero qué aceite? Porque aceite vegetal puede ser: de oliva, de palma, de girasol, de coco (refinada)… Con esto hay que tener cuidado, aunque la ley del etiquetado ha cambiado y ahora obliga a especificar que tipo de aceite contiene. Aún así, muchas veces vemos que el producto está hecho con aceite de oliva, pero ojo, id a la lista de ingredientes y mirad el porcentaje de este aceite, porque seguro que os sorprendéis. Usar otro tipo de aceites que no son el de oliva, es muchísimo más barato para su fabricación y dan mayor palatabilidad.
Con grasa vegetal, ¿pero cuál?

  • Sal: una cosa es el sodio propio de los alimentos, y otra la cantidad exagerada de sal que añaden a muchos alimentos. Si comparamos la sal que puede llevar una sopa de sobre preparada con la que nosotros le añadiríamos, nos llevaríamos las manos a la cabeza.
Galletas, consideradas dulces, pero con sal añadida

  • Raciones: hoy en día, muchos productos muestran en su envase las calorías, grasas, azúcares y sal por ración. Esto se puede ver en un primer golpe de vista, incluso algunos llevan el famoso “semáforo nutricional”: verde, naranja y rojo (de menor a mayor contenido). Pero con esto también hay que tener mucho cuidado. Ya que los fabricantes vuelven a jugar con nosotros. Os animo a pesar las galletas que coméis en un desayuno, comparadas con el peso de la ración que indica la caja de galletas.
Cola Cao: en la versión la light, la ración es más pequeña...¡así normal que tenga menos calorías!
Conclusiones finales:
  1. Compra siempre que puedas alimentos, no productos. Los verdaderos alimentos no llevan etiquetas nutricionales porque no la necesitan, son lo que ves y no hay más ingredientes añadidos.
  2. Lo primero, no mires las calorías, fíjate en la lista de los ingredientes.
  3. Si es sin azúcares, mira el contenido de grasas, y viceversa.
  4. Busca que el alimento sea integral, no con fibra añadida.
  5. Vigila el contenido de sal añadida.
  6. Prescinde de lo light, ni ellos ni su versión normal son recomendados en una dieta saludable.
  7. Consulta el tipo de aceite que contiene y el porcentaje de ésta.
Con todo esto, no sólo ganarás en salud, sino que también ahorrarás en la compra ya que este tipo de productos suelen tener un precio más alto.

¡LEE LA TABLA DE COMPOSICIÓN Y LOS INGREDIENTES SIEMPRE QUE HAGAS LA COMPRA!


martes, 12 de mayo de 2015

II #JornadasDSP y #SanidadDesnutrida


Y por fin, llegó el fin de semana que muchísimos dietistas-nutricionistas y otros profesionales y amantes de la nutrición y dietética estábamos esperando.

Esta vez, tocó en Madrid y la jornada fue doble: sábado jornadas y domingo manifestación.

Las jornadas DSP tuvieron su segunda edición, a las cuales acudimos 150 personas, quedándose fuera más de 180. ¿Qué en que radica su éxito? En el precio reducido (12 €, el año pasado fueron 5€); en el modo de desarrollarse: aquí nadie da una clase magistral, todo se debate; en las mesas redondas: en las cuales se hacen grupos reducidos en los que todo el mundo participa; en la ausencia de patrocinios y, por lo cual, de todo tipo de sesgo; y en el buen ambiente que se crea.

En esta edición, la mañana se desarrolló con varias mini-charlas y ponencias.

Lo primero, fue la presentación de lo que es DSP.
 

Continúo Alfonso de muscleblog (@muscleblog) con su ponencia: “La realidad detrás de la evidencia científica”. Nos hizo reflexionar sobre como que influencia y manipulación ejerce la industria farmacéutica sobre nosotros. Con los titulares que me quedo son: “Los fármacos no son beneficiosos para todos: en Europa se llevan más de 200.000 vidas al año”; “¿A cuántas personas hay que dañar para curar a una?”; “Tenemos un sistema de enfermos, no de salud”; “El estilo de vida es lo que más contribuye a reducir la mortalidad y es el factor en el que menos se invierte”; “No se puede invertir más en fármacos que en políticas de salud”; “Repetir una y otra vez que vivimos gracias a la medicina es totalmente falso”.
Con todo esto, no quiere decir que no necesitamos fármacos para curar muchas enfermedades, pero sí que abusamos de ello porque nos hacen creer que son imprescindibles y en muchos casos empeoran nuestra salud.


La primera mini-charla la llevó a cabo Lucía Martínez (Dime que comes): “Hazte un blog”. Nos dejó claro que es primordial aprender, compartir, informar, desmentir y conocer para hacer un blog. Y, sobre todo, tenemos que tener claro que hay que hacerlo porque de verdad se ama la divulgación, no con un fin económico. Además, es una manera de prepararte mucho más efectiva que limitándote a estudiar.

La siguiente fue a cargo de Virginia (Dietista Enfurecida @virginut): “Publicidad y Marketing en alimentación infantil”. Nos expuso el bombardeo continuo de publicidad enfocada a los niños, asociando estos alimentos a juguetes y dibujos animados. Explicó el Código Paos, el cual es regulado por la propia industria alimentaria, algo que tiene mucho sentido… y nos comentó las ridículas y escasas sanciones que se imponen.

Tomó el relevo Adriana Duelo (@AdrianaDuelo), presentándonos su estudio “Efectos de una dieta baja en histamina en pacientes con déficit de DAO”. Expuso los beneficios de este tipo de dieta y los efectos de la suplementación con DAO, entre ellos, la mejora de los problemas de migrañas.


El último fue OscarPicazo (@OscarPicazo), el cual dio un cambio en su charla y nos acabó presentando “¿Qué hace un químico aquí?. Nos contó su experiencia personal, como acudió a un profesional médico y vio ya la Sanidad Desnutrida. El descontento que hay en nuestro país con la situación del DN, pero no con la profesión, ya que nuestra intervención es una de las más efectivas en sanidad.


Hubo tiempo para preguntar a todos los ponentes.
 

Llegó el turno de la batalla de Carlos Ríos (@nutri_rivers) y Rubén Murcia (@RubenMurciaPrie) : estrategias de pérdida de peso. Rubén defendía el balance energético: las calorías son las que importan. Nos planteó si era posible adelgazar a base de donuts, chocolate y helados, y si el causante de la diabetes era el exceso de azúcar o el de calorías. Carlos catalogaba como patético el balance energético, ya que no se puede comparar que el aporte calórico provenga de azucares refinados con que venga de frutas y verduras . Nos lanzó una pregunta: “Y si no nos levantamos por culpa de lo que comemos?”. Esta batalla podía haberse alargado, porque los ponentes se quedaron con ganas de seguir “luchando”, pero el tiempo no lo permitía. Estoy segura de que habrá revancha.
 

El siguiente fue Alfonso, el psicólogo (@alfon_mendez), el cual nos dijo lo que los psicólogos necesitaban a los DN, y muchos estuvimos de acuerdo en que nosotros también les necesitamos a ellos, ya que muchas veces nos vemos muy limitados cuando el paciente necesita apoyo psicológico.

Volvieron las mini-charlas, cogiendo el micro el físico Carlos Martín (@PerdiendoMasa). Nos presentó un modelo de ganadería sostenible y nos propuso llevar a cabo la iniciativa de lunes sin carne y domingo de pasto.
 

Le siguió Juan Carlos Montero (@joancamt), presidente de la nueva ONGD Alimentacción. Nos presentó con muchísima ilusión su proyecto de una ONG de DN que llevarán a cabo labores en España y en África, a la cual le auguro un gran éxito.


Luego llegó Pablo Zumaquero (@pzjarana), con “las mentiras y las artimañas de la industria”. No lo pudo hacer mejor, ya que expuso todo de manera ilustrativa y comparativa, haciéndonos ver como acabamos cayendo en productos alimentarios que nos prometen grandes mejoras en la salud, teniendo alimentos reales que nos dan más beneficios.

La última fue MºJosé Tenedor (@MTenedor), que con su alegría nos contagió la ilusión de llevar adelante todos nuestros proyectos, contándonos su historia personal. ¿Buena suerte, mala suerte?

Un descansito para comer, algunos acabamos en un vegetariano, guiados por Mireia Gimeno (@mireiagimeno), y salimos muy contentos.
Veganizando
 

La tarde la abrió Aitor Sánchez (Mi dieta cojea) con la ponencia: “código deontológico o papel higiénico”. Con una gran participación del público, nos explicó como actuar ante el intrusismo, distintos casos de ética.. Y nos quiso dejar claro que, si quieres cambiar algo, lucha desde dentro, criticándolo no haces nada, cosa en la que no le faltó razón.

Y por último, el “momento estrella” de las jornadas: las mesas redondas. Previamente cada asistente habíamos elegido en que mesa queríamos estar: deporte, mitos, cáncer o vegana. Mi mesa fue moderada por Óscar Picazo, y fue mitos 4. Cada uno propusimos un mito, hicimos hincapié en como teníamos que explicárselo al paciente en consulta y cuáles eran las fuentes de esos mitos. La principal conclusión que sacamos: no vale con negar el mito, hay que saber desmitificarlo al paciente de manera comprensiva y darla las herramientas para que no caiga en futuros mitos. Fue una mesa muy dinámica. Al finalizar, cada mesa expuso sus conclusiones finales, haciendo una puesta en común.

Mesa #Mitos4

Las jornadas se cerraron con la asamblea constituyente de DSP, ya que a partir de ahora somos una asociación científica.


Un total de 90 personas fuimos a celebrar el fin de las jornadas en el restaurante “Ciordi Canari”, donde prácticamente ayunamos, porque la palabra escasa se queda corta para describir la cena. Pero supimos compensar con el buen rato que pasamos ahí y luego en los bares madrileños.
 
 
 

El domingo sacamos fuerzas para la manifestación “Sanidad Desnutrida”. Estuvimos un total de casi 400 personas apoyando el movimiento. Estuvimos arropados también por la Marea Blanca. Este día fue y será histórico, ya que fue la primera manifestación de DN, TSD y gente preocupada por la sanidad, en la que podíamos la inclusión de DN y TSD y en el sistema sanitario público. Todo el mundo tuvo un comportamiento ejemplar y participativo con lemas como “Más sardinas, menos estatinas”, “Sanidad Desnutrida”, “Más alimentos, menos medicamentos” y otros más que iban surgiendo. La manifestación tuvo su fin en la Puerta del Sol, donde Bárbara Sánchez leyó el manifiesto.


Salida desde le Paseo del Prado
"Más alimentos, menos medicamentos"

Aitor se jugó la vida para hacer la foto!


 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 



#SanidadDesnutrida

 
 
 
 



Agradecer a todos los organizadores, por todo el trabajo y las horas que han invertido en que todo esto sea posible; a todos los que acudieron a la manifestación y a los que no pudieron, pero nos estuvieron apoyando.


Esto no acaba aquí, solo acaba de empezar…
 


lunes, 4 de mayo de 2015

#SanidadDesnutrida: ¿Somos necesarios los D-N y TSD?


Dietista-Nutricionista o Técnico Superior en Dietética: aquella persona que hace o da dietas para adelgazar.

Esta sería la mayoría de la respuesta de muchas personas si les preguntáramos qué es un D-N o un TSD. Pero no, nuestras funciones van muchísimo más allá de esto. Aquí comienza parte del problema. Y los propios DN somos culpables también de ello, ya que al terminar la carrera no vemos salida más allá de pasar consulta limitada a pacientes con obesidad o sobrepeso.

Mi forma de ver la función del DN cambió totalmente al estar 6 meses de prácticas en el Hospital San Pedro de Logroño y el Universitario Marqués de Valdecilla de Santander.

Llegas asustadísima, ya que no tienes ni idea de cuál va a ser tu función ahí. He de reconocer que aprendí muchísimo. Jamás había visto en toda la carrera una analítica, y salí sabiendo interpretarlas. Vi la gran incidencia de la desnutrición hospitalaria. Las malas consecuencias de cirugías bariátricas. La necesidad de dar una nutrición enteral o parenteral a distintos pacientes. Y mil cosas más. ¿Y quién hacía todo esto? La endocrina, que en este caso, afortunadamente tenía también su carrera de nutrición y dietética. Su “ayudante” era una enfermera, la cual tenía que pasar por cada habitación que tenía solicitado por el médico el servicio de nutrición, y pesar y entregar la típica “hoja de dieta” a todo aquel que iba a consulta externa. El trabajo les desbordaba, llegábamos a estar más de 9 horas sin parar ni un momento, corriendo de lado a lado, sin prestar la suficiente atención a todos los pacientes. Esta endocrina y nutricionista era la primera en reconocer que ella necesitaba en su equipo a un grupo de DN, y no se cansaba de solicitarlo, veía la “sanidad desnutrida”.
Y lo más “impactante” de estas prácticas fue el trabajo en el que colaboré con una compañera DN becada por un laboratorio. El proyecto se llamaba “Valoración nutricional del paciente hospitalizado”. En él, eran seleccionados al azar 4 pacientes diarios, a los cuales se les hacía un seguimiento de peso, medidas antropométricas, analíticas sanguíneas y una encuesta nutricional. Y yo pensé… ¡genial! Por fin se demostrará la necesidad de los DN y TSD en sanidad, pero no… Obviamente, el laboratorio lo hacía con el fin de decir: “los pacientes están desnutridos, por lo que necesitan de nuestra nutrición a través de nuestros productos”.

El resultado final fue una buena sensación de todo lo que había visto que se podía hacer en un hospital respecto a la nutrición. Pero esa espina que se me quedó clavada de ver que hay tantísima labor nutricional y es llevada a cabo por gente que no está capacitada para ello, practicar un trabajo durante unos meses, que sabes que no vas  poder conseguir...

Esto es algo que me rebota de manera directa en mi día a día, ya que trabajo en consulta privada. Muchos pacientes que vienen toman una cantidad exagerada de medicamentos, sin tener ningún control sobre su alimentación. Jamás han recibido una mínima atención nutricional que pueda evitar e incluso mejorar esas enfermedades. Es una lucha constante la que mantengo cada día en mi trabajo intentado explicarles las cosas de la mejor manera posible, que no conseguimos nada por muchos fármacos que tomemos sino mejoramos nuestra alimentación. Pero sé que esta lucha, tarde o temprano, tendrá su recompensa.
Simplemente haceros esta pregunta: si no somos necesarios, ¿por qué ha sido creada la carrera de D-N y la formación profesional de TSD?